(UBA 1983)
(Fundación Río Abierto)
(Instituto de la Máscara)
(Instituto de la Máscara)
Inicié mi práctica clínica como psicóloga en el año 1983. Hubo momentos, en que
con determinados pacientes, la “palabra” no era suficiente ya sea para iniciar o
continuar un tratamiento, y sentía que necesitaba otros recursos, otras formas de
expresión para facilitar el despliegue del mundo interior del paciente (ver trabajo
Máscara).
Por lo tanto, fui ampliando teórica y vivencialmente las técnicas a utilizar, así como
mi campo de escucha frente al sufrimiento de mis pacientes, fundamentalmente
con los que tenían dificultades para jugar con las palabras.
La incorporación de la música, la expresión corporal, la dramatización de escenas
vividas y fantaseadas, la máscara, el juego, fueron permitiendo que algo de lo
indecible, de lo que no podía ser expresado, lo difícil de manifestarse, pudiera
expresarse, hacerse presente.
En los tratamientos individuales y grupales que conduzco, se utiliza la palabra y en
algunos momentos en que lo considero necesario propongo distintas técnicas
corporales, expresivas, escénicas, de máscaras, objetos (telas, sogas, ropas,
pelotas, muñecos, etc.) y el mapa fantasmático corporal, entre otras.
Los distintos recursos utilizados facilitan la aparición de temas antes silenciados
por los pacientes.